Continuación de la Guía de Mejora Continua de la Calidad en Laboratorios de Análisis Clínicos de la República Argentina
Los laboratorios de análisis clínicos proveemos información esencial para la toma de decisiones, en el diagnóstico, tratamiento, seguimiento de una patología y de la respuesta a un tratamiento. Los errores diagnósticos que ocurren como resultado de un resultado erróneo o del retraso en llegar a un diagnóstico clínico exacto, pueden deberse a diferentes factores que involucran errores desde el momento en el que se solicita un test hasta la toma de decisión basada en la interpretación de los resultados de laboratorio reportados.
Fundamentalmente, el laboratorio, no puede defraudar la Confianza que los pacientes depositan en el profesional bioquímico. De allí que los pacientes depositan su Confianza en su laboratorio de Confianza, y entonces debemos trabajar para dar niveles de Confianza aceptables, disminuyendo al máximo la probabilidad de cometer errores en el laboratorio.
Por ese motivo surge la necesidad de asegurar la calidad de la información que reportamos como laboratorios y determinar cuáles son las etapas involucradas, los defectos más frecuentes que ocurren en el proceso global de laboratorio, y qué medidas se deben tomar para prevenir que ocurran y asegurar el cuidado de los pacientes reportando resultados técnicamente válidos, precisos y veraces, y no introducir más variabilidad a resultados que la permitida.
ERROR: falla en las acciones planeadas para lograr una determinada meta, donde esto sucede de manera imprevista o que no da oportunidad para intervenir. En esta guía se adoptará el término defecto o desvío y el término error se aplicará a Error total, Error sistemático y aleatorio en referencia al resultado de controles internos y externos de calidad.
Toda la gestión de los errores de laboratorio debe formar parte del Sistema de gestión de calidad. La descripción de los errores es el primer paso para la gestión de los mismos. Se debe concientizar al personal que la identificación y el registro de los mismos ayudan a mejorar la calidad de los procesos descritos previamente. No podemos gestionar lo que no conocemos. No podemos mejorar lo que no medimos.